El aire de la noche empieza a oler distinto
anunciando una primavera demorada.
A la madrugada truena y refucila.
Nos vamos despidiendo del invierno
esperando un tiempo mejor y más benigno:
como todos los años, anhelamos en vano.
El verano llegará, y después otro otoño,
y seguiremos así, hasta el cansancio
o la muerte, que son casi lo mismo.
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