Los primeros fríos del invierno traen somnolencia y sequedad. Salgo a caminar de noche por el barrio, el silencio de la calle es fértil e imagino las escenas que transcurren detrás de los vidrios de las casas donde las luces titilan. Las ventanas cerradas, guardan el escaso calor y los afectos. El viento sur se levanta y mueve las hojas que quedaron del otoño. Ajusto mi bufanda entrecierro los ojos y avanzo al abrazo de la noche mientras escucho el silbido del aire moviéndose y gritando como si una banshee me cantara un oscuro presagio