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Mostrando entradas de enero, 2020

Nocturno nº 11

Leo a una amiga que pone en un poema sus deseos, imágenes, fantasmas. Habla de aturdimiento y taquicardia y yo trato de remontar el hilo de su pensamiento (como Montale intentaba sostener el hilo de la memoria). Ansía (¿será esa la palabra?) un encuentro con otro cuerpo y otra alma. ¿Hay un alma? ¿Hay deseo?, me pregunto mientras escribo. El tiempo me ha hecho viejo y descreído. Prefiero la paz de la vejez. El otoño al verano. Acomodar la silla y mirar la tarde sin esperar nada. Ni siquiera ver el rayo verde es un anhelo. Y sin embargo la serenidad es tramposa. Sospecho de la paz porque antecede a la tormenta. Y el deseo se enrosca y asalta.