Dos años o dos noches son lo mismo. El tiempo de la espera es relativo. como los son la vida, la ansiedad, o la muerte. El viento del norte trajo los incendios y la primavera no es tan amable. Como en un poema de Montale, un hilo se devana. A veces no se sabe que se espera: quizás sea un llamado, o un silencio, una bendición, una palabra… A veces no se espera nada. Es de noche y habrá otra mañana esperando para desenredarse; como un ovillo que escapa de una bolsa, como el destino. Como el destino impredecible que suponemos nos depara un ser imaginario, que creamos a nuestra imagen y semejanza. Quizás no haya un dios. Quizás solo esto: el fluir infinito de los días, sin orden, redención, deseos. Nada. Solo el rodar de la tierra Y no estaría mal que así fuera. El fuego que se apaga volverá mañana a arder, así como el sol volverá a salir. Y el consuelo de un posible cosmos es un intento de ordenar el caos teniendo