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Nocturno XVI

Dos años o dos noches son lo mismo. 

El tiempo de la espera es relativo. 

como los son la vida, la ansiedad, 

o la muerte. 

 

El viento del norte trajo los incendios 

y la primavera no es tan amable. 

Como en un poema de Montale, 

un hilo se devana. 

 

A veces no se sabe que se espera: 

quizás sea un llamado, o un silencio, 

una bendición, una palabra… 

A veces no se espera nada. 

 

Es de noche y habrá otra mañana 

esperando para desenredarse; 

como un ovillo que escapa de una bolsa, 

como el destino. 

 

Como el destino impredecible 

que suponemos nos depara 

un ser imaginario, que creamos  

a nuestra imagen y semejanza. 

 

Quizás no haya un dios.  

Quizás solo esto: el fluir infinito de los días, 

sin orden, redención, deseos. Nada. 

Solo el rodar de la tierra 

 

Y no estaría mal que así fuera. 

El fuego que se apaga volverá 

mañana a arder, así como el sol 

volverá a salir. 

 

Y el consuelo de un posible cosmos 

es un intento de ordenar el caos 

teniendo fe que las cenizas de un volcán 

mañana harán crecer las flores. 

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