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Mostrando entradas de octubre, 2019

Veranos

Si quisiera escribir un poema festivo contando los veranos lejanos de la infancia  y hablar  allí de frutas y calor, mentiría; quizás sería más cierto hablar de juegos  y de arroyos, mezclados con retazos de las charlas de adultos hablando de crisis y de muertes, de exilios y de presos. De pasar una ruta cuajada de carteles que avisaban terminantes “No se detenga, centinela abrirá fuego” Crecimos  y creímos que el horror terminaba. Llegaron los veranos de feliz inconsciencia. Los llamamos “Los dorados Ochentas” Nos fuimos a las playas. Formamos manadas  de muchachos. Tocamos la guitarra, cantamos y esperamos el futuro. Y sin embargo, también en el verano el pasado volvía.O bien levantamientos, o bien  asesinatos. El diario nos traía a un mundo conocido, ya viejo y agotado, de broncas y peleas, de corrupción y estafa, de arengas y de miedo. El mundo no ha cambiado: tan solo otro verano se acerca inevitable. El lago sigue sucio. El l

Dublín (2)

¿Qué hora es ahora en Dublín? ¿Cómo estará el tiempo? ¿Llueve? ¿Qué hará el hombre que me habló  en español en Sweny’s, juntando  por un momento a Joyce con Argentina? —Los jueves y los sábados se lee el Ulises (dos veces el sábado, a la tarde en francés). los martes y viernes Dublineses— ,  me contaba, antes de decirme, risueño, que tuvo un amorío con Corina Kavanagh (lo cual es imposible). Debe ser otoño, quizás esté lloviendo. Hindúes y rumanos irán por Capel Street buscándose una vida muy lejos de sus casas. Igual que la peruana que atendía en Burger King y se negaba a hablarme en castellano. ¿Qué lugar es ahora Dublín? Es todos y ninguno. Es un deseo de un lugar distinto, es una arcadia o un infierno. Un puerto del que irse o regresar. Un laberinto, un espejo, un tigre, una cita de Borges, un vikingo, nada.