Escapar de Susana pudo haber sido un aprieto. Pero te quiero ver saltando por los techos pasados los sesenta años. Cuando Gómez y yo éramos amigos y trabajábamos juntos, parecíamos Starsky y Hutch, suponiendo que uno de los policías hubiera sido un criollo cordobés. Acostumbrados a pasar las tardes en el club, descolgarse de una tapia, o saltar por una ventana eran proezas muy menores. Ahora, la mayor acción heroica que puede realizar Gómez es resistirse a comer la última factura del paquete. La vesícula del comisario no está para chistes.