—Esto no es un club. —Ya me había dado cuenta. No soy tonta. —No me entendés, lo que te quiero decir es que no cualquiera entra en la agrupación. Con buenas intenciones no alcanza. —¿Y qué tendría que demostrarles? —Conocimiento para entender la realidad social y compromiso para transformarla. Liliana no contestó. Si hubiera podido, si se hubiera animado, le hubiera dicho al Renguito que el único compromiso al que ella aspiraba era el que se realizaba con un par de anillos, un novio, familia y amigos; pero ya le había escuchado alguna vez al Rengo, decir que que el matrimonio era una institución burguesa. Liliana no entendía muy bien que significaba eso, pero si lo decía el Rengo… Dejó que el silencio se extendiera unos segundos más y después dijo: —¿Entonces como hacemos? —Bueno, la agrupación dicta unos cursos de formación política. Tendrías que asistir. —¡Barbaro! ¿Cuándo empezamos? —No es así de fácil. Yo te aviso si podés ir. Liliana estaba asombrada de lo que había he...