¿Por qué esta noche es distinta a las demás?
¿Por qué padre, me has abandonado?
¿Por qué? ¿Por qué? Preguntas que hacemos
en Pascua de dos mil veinte, tratando de limpiar
la casa o la conciencia, ya no por el jametz,
sino por el encierro de la cuarentena.
Vivimos atados a una promesa: de una vida
nueva, o de una tierra para nuestro pueblo
(¿cuál pueblo, cuál tierra, qué promesa, qué vida?),
postergando cada noche la angustia, esperando
que la mañana siguiente nos traiga algo más
que hierbas amargas o Cristo en la cruz.
Comentarios
Publicar un comentario