Se habían citado en Olmos y Alvear, pero no habían establecido claramente en cuál de las cuatro esquinas, así que Liliana llevaba quince minutos esperando debajo del cartel con forma de globo terráqueo de "Hemisferio Seguros", cuando vio a César Carlos haciéndole señas desde la otra vereda de Olmos. Liliana esperó que el semáforo cambiara, y cruzó lentamente, para que no se notara que estaba emocionada. Sabía que no era una cita. El Renguito había invitado a todos los amigos, pero Liliana había creído ver en los ojos de él un detenimiento particular en ella, en el momento que les informó que la agrupación de estudiantes secundarios de la que formaba parte daría una charla-debate, y que sería bueno que se acercaran. Liliana sabía que la Susy no iba a ir (seguramente estaría ocupada en la iglesia), Raquel y Cacho tampoco, porque simpatizaban con la Federación Juvenil Comunista; y Tito y Moncho evitaban cualquier asunto que tuviera que ver con la política. Cuando se encontró ...