Tito, Raquel y Liliana no llegaban a decidir si soportaban mejor el frío parados o sentados. —El cemento de la tribuna me enfría el culo— berreaba Tito mientras daba saltitos. —Si, pero parada me lleva el viento— contestó Raquel acurrucada. Liliana, agazapada detrás de un árbol opinó: —Cuando sea presidente voy a prohibir los torneos por insalubres. —¿Y a vos quién te dijo que podés llegar a presidente?— contestó Raquel mientras jugaba con el encendedor de Tito. —La “Pito Gordo”. ¿O acaso no la oyen cuando nos caga a pedos y dice eso de “espero más de los alumnos del colegio donde se forma la futura elit dirigente” —Élite— corrigió Tito. —¿Qué? —Se dice élite, no elit . —Andá a la mierda. Tito estaba a punto de contestarle a Liliana cuando desde la cancha, un tremendo pelotazo le acertó en el medio del pecho. Raquel y Liliana quedaron tan azoradas que no atinaron a hacer nada. Mientras miraban a Tito desparramado en la tribuna, la voz de Koster las sacó del asomb...