TIRESIAS.- ¡Ay, ay! ¡Qué terrible es tener clarividencia cuando no aprovecha al que la tiene! Yo lo sabía bien, pero lo he olvidado, de lo contrario no hubiera venido aquí. EDIPO.- ¿Qué pasa? ¡Qué abatido te has presentado! TIRESIAS.- Déjame ir a casa. Más fácilmente soportaremos tú lo tuyo y yo lo mío si me haces caso. SÓFOCLES. Edipo Rey. Los griegos articulaban sus tragedias sobre dos líneas de desarrollo argumental: la peripecia, el relato de las pruebas y dificultades del Héroe; y la anagnórisis, la revelación, el descubrimiento de un dato del pasado ocultado u olvidado. Para Aristóteles las mejores tragedias eran aquellas en que la peripecia y la anagnórisis coincidían en la misma historia. Así como a Edipo la verdad le salto enfrente para revelarle su naturaleza; así, al Tío Gordo la verdad se le plantó frente a la cara con la forma de un palo así de grande. Hijo de inmigrantes yugoslavos establecidos en la comuna de Luyaba, Departamento S...