Íbamos al río a cazar lagartijas
o a buscar cañas para armar
barriletes. O cazabamos ratas.
Éramos la banda que esquivaba
la siesta. Las sombras eran cortas,
el sol caía a plomo sobre las cabezas.
El mundo era sencillo como las estaciones.
El otoño llegaría pero no me importaba:
Un nuevo verano siempre me esperaba.
Ya no estoy tan seguro. No hay más
lagartijas, ni ratas, ni cañas. El río
es un canal en medio del asfalto.
Y aún las estaciones ya no son
tan certeras. Los inviernos son
largos. Los veranos son cortos
Comentarios
Publicar un comentario